Hacía un calor de mil demonios en Oporto aquel día, pero esta vez me dije a mi mismo que no se me iba a escapar hacer una foto en esta librería... pero... "No photos". Prohibido terminantemente hacer fotos del interior y, para colmo, cuando llegamos, ya había cerrado. Así que me conformé con hacer una foto al exterior, que tampoco está nada mal.
El formato, vale, quizá muy alargado, pero es que sino salía lo que no quería que saliera.
El formato, vale, quizá muy alargado, pero es que sino salía lo que no quería que saliera.
ResponderEliminarY dentrpo no hubieras hecho nada. Esta lleno, por todas partes de NO FOTOS y en cuanto ven tu cámara, no se despegan de tu lado.
Resumiendo, tengo la foto de la fachada.
Aún así, es un lugar indispensable a visitar en Oporto.
Y tu foto tiene que ser así... para que los edificios laterales no le resten protagonismo.
· Saludos
· CR · & · LMA ·
Muy larga y muy estrecha, un hallazgo. De la foto no acaba de gustarme la parte de arriba.
ResponderEliminarPues tienes razón... es lo que había. Aunque no sé como habría quedado un clonado de esa parte.
EliminarQué lujo de librería.. Cuando ponen tantas pegas es que algo bueno se esconde en su interior. El escaparate, basado en la fachada, ya es un atractivo para los futuribles clientes.
ResponderEliminarUn slaudo
casi siempre la necesidad obliga y hay una razon para todo. me imagino los mil tesoros y el olor a libro viejo usado. una pena no poder
ResponderEliminarechar una ojeada.
abrazos
ResponderEliminarYo si pude verla por dentro, pero no fotografiarla porque no dejaban, pues creo que buena parte de los ingresos que obtienen son de las fotos, libretos y postales que ellos venden, me gusto su interior, aunque en la película por los efectos y planos parece muchísimo más grande de lo que es en realidad, la fachada también merece la pena y pienso acertado el formato que le has dado para poderla mostrar al completo.
Saludos.
Pues yo la fotografié por dentro (buscaré en mi archivo) en un desafío a tan descarada e interesada prohibición, igual que hace años lo hice con la Capilla Sixtina o con el Museo de Mateo Hernández de Béjar, del que tengo fotos mejores que las que publican en sus catálogos. Por cierto, el único misterio de la librería y de la prohibición es el que fuera elegida para la película de Harry Potter. Un abrazo,
ResponderEliminarGracias a todos por vuestros comentarios.
ResponderEliminarUn abrazo.