Y qué ricos que son. Las calbotadas son para mi recuerdos de infancia hasta el punto de que ahora, cuando veo algún vendedor/a de castañas asadas no puedo sustraerme a la tentación de comprar un cucurucho; pero nada que ver. Un abrazo,
Dan ganas de que caigan los erizos y aplastarlos para coger el fruto. A mí no me gustan las castañas ni los calbotes, pero reconozco que me encanta recogerlas del suelo. Es divertido... algo así como encontrar un tesoro. Un saludo
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Y qué ricos que son. Las calbotadas son para mi recuerdos de infancia hasta el punto de que ahora, cuando veo algún vendedor/a de castañas asadas no puedo sustraerme a la tentación de comprar un cucurucho; pero nada que ver.
ResponderEliminarUn abrazo,
Dan ganas de que caigan los erizos y aplastarlos para coger el fruto. A mí no me gustan las castañas ni los calbotes, pero reconozco que me encanta recogerlas del suelo. Es divertido... algo así como encontrar un tesoro.
ResponderEliminarUn saludo