Bernardo, bienvenido. Espero que sigas comentando más veces aquí. La historia, realmente es al revés. Primero fotografié la cascada, cosa previsible, y después vi a las tres personas abajo.
Bird, hubiéramos sido seis... de no ser porque ya era tarde habríamos bajado al pequeño valle y, quizás, subido hasta la base de las cascadas. A ver si hay otra oportunidad este invierno, es un sitio sin muchas dificultades para llegar.
Gracias Ángel. Muy frecuentado, en cuanto hay hielo los comienzas a ver. Creo que he publicado alguna con escaladores en el blog, pero no recuerdo cuando. Lo bueno es que te plantas en la base de las cascadas en una hora desde donde dejas el coche. Al lugar desde donde hice la foto en menos de la mitad de tiempo.
¡Madre mías! Ahora entiendo la causa de sus desvelos, de sus miradas hacia el cielo. Con esos chuzos de punta no aptos para los que temen una hipotermia era normal que oteasen por si el cielo se les caía sobre sus cabezas, o más que el cielo la tierra helada. Me gusta este drama dividido en dos actos, Juan Carlos. Nos has tenido en vilo en la primera foto. Saludos
Juanjo, ya sabes donde estamos. Si fueras a venir, avisa y te doy el parte de situación desde la ventana.
K@miz, a la sombra sí, puede hacer mucho frío, pero si estás al Sol y refugiado del viento te puedes asar con la cantidad de ropa que lleva uno encima.
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Fotos excelentes y una historia magnífica contada con dos fotos... muy bueno!!!
ResponderEliminarPues si llego a estar alli, serian 4 personas, por que la vista lo merece, que pasada.... un abrazo amigo.
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminarBernardo, bienvenido. Espero que sigas comentando más veces aquí. La historia, realmente es al revés. Primero fotografié la cascada, cosa previsible, y después vi a las tres personas abajo.
Bird, hubiéramos sido seis... de no ser porque ya era tarde habríamos bajado al pequeño valle y, quizás, subido hasta la base de las cascadas. A ver si hay otra oportunidad este invierno, es un sitio sin muchas dificultades para llegar.
Un abrazo.
Increíble casca, todo un espectáculo contemplar ese lugar, supongo que también será un sitio frecuentado por escaladores ¿no?
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Ángel. Muy frecuentado, en cuanto hay hielo los comienzas a ver. Creo que he publicado alguna con escaladores en el blog, pero no recuerdo cuando. Lo bueno es que te plantas en la base de las cascadas en una hora desde donde dejas el coche. Al lugar desde donde hice la foto en menos de la mitad de tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo encontré: http://altair-fotos.blogspot.com/2012/03/escalada-en-pareja.html
ResponderEliminar¡Madre mías! Ahora entiendo la causa de sus desvelos, de sus miradas hacia el cielo. Con esos chuzos de punta no aptos para los que temen una hipotermia era normal que oteasen por si el cielo se les caía sobre sus cabezas, o más que el cielo la tierra helada. Me gusta este drama dividido en dos actos, Juan Carlos. Nos has tenido en vilo en la primera foto.
ResponderEliminarSaludos
ResponderEliminar· ¡Como me hubiera encantado estar ahí! No es de extrañar que haya tres mirando... o tres mil.
· Muy buena fotos
· Salud y buen año para vosotros
· CR · & · LMA ·
Gracias.
ResponderEliminarCarmen, desde donde están ellos impresiona más que visto desde arriba. Por eso, estaban ahí abajo, sin dejar de mirar.
Ñoco, solo tienes que acercarte por aquí en invierno... yo lo veo todos los días al levantarme, aunque más de lejos.
Un abrazo.
No tiene desperdicio el sitio... Si impresiona mas desde abajo habrá que ir a ver como se ve.
ResponderEliminarBuena toma.
Un abrazo.
Fotografía Juanjo Mediavilla
Impresionante la cascada, para quedarse embobado. Ahora que el frío que debe hacer... ni imaginármelo quiero jeje.
ResponderEliminarSaludos
Gracias.
ResponderEliminarJuanjo, ya sabes donde estamos. Si fueras a venir, avisa y te doy el parte de situación desde la ventana.
K@miz, a la sombra sí, puede hacer mucho frío, pero si estás al Sol y refugiado del viento te puedes asar con la cantidad de ropa que lleva uno encima.
Un abrazo.