Dejábamos a nuestro protagonista asomado al reloj. El siguiente paso, a la misma altura pero ya en la torre, es saludar desde el campanario, por supuesto subido a la barandilla...
Unos minutos después está ya un poco más arriba, por encima del campanario y en la base de la cúpula. Como quería que vierais donde estaba situado en esta le vemos pequeñito, en el borde de la barandilla.
Ahora ya toca la parte final y esta hay que verla en detalle, la cúpula que vimos de cerca en la entrada anterior es por dónde ahora escala con su gaita y tamboril.
Cumplida la escalada saluda a todos los asistentes que nos concentramos en la Plaza de Anaya y en La Rúa.
Una nueva visión de conjunto con el Mariquelo en el cupulín, encarado hacia La Rúa.
El momento cumbre, ya que este año no le dejaban subir hasta la veleta, se produce en este momento cuando se encarama al cupulín dispuesto a tocar la gaita y el tamboril.
Por último una imagen que ya saqué hace unos meses de la torre de la Catedral, lugar donde se desarrolla toda esta historia.
Si alguien siente curiosidad por saber más sobre la tradición o sobre Ángel Rufino de Haro puede enterarse en su página web.
Es un espectáculo que me sigue impresionando por muchas veces que lo haya visto y me impresionará toda la vida... qué valor! y encima tradición, de padres a hijos... menos mal que mi padre no hace nada de esto porque lo iba a tener difícil conmigo jejeje. Las fotos impresionantes, el charro ¡qué decirte! Saludos.
ResponderEliminar...¡que barbaridad! ¡que vértigo!...es una tradición muy curiosa, no la conocía hasta que tu la has puesto en tu blog y las fotos de diez, todo un reportaje periodístico...como te dije el otro día me has sorprendido con esta faceta tuya, que - por cierto- te queda que ni pintada...un abrazo...
ResponderEliminarBueno, bueno y bueno.
ResponderEliminarEn estos momentos el vertigo me tiene paralizado hasta los parpados...
Una tradicion con mucho riesgo...y un reportaje de los buenos de verdad.
felicidades y gracias por compartirlo.
Besos
Gracias.
ResponderEliminarJunkal, lo cierto es que Ángel no proviene de la familia que lo hacía pero recogió la tradición con lo cual se llevó el título.
MiMundo, desde luego hay que tener valentía para subirse ahí.
Mª Ángeles, fíjate que lo presencié y fotografié por pura coincidencia. De no ser porque teníamos que ir a Salamanca a otras cosas no habría estado.
Un abrazo.
Son tradiciones de lo más inusuales. Jugarse la vida por una tradición debe ser de lo más estimulante, por mucho que a mi no me entre.
ResponderEliminarGran reportaje, Juan Carlos, de estilo periodístico.
Un abrazo.
El Ayuntamiento te tenia que premiar por tan buen trabajo que has hecho, me ha encantado.
ResponderEliminarSaludos
Creeme si te digo que siento vértigo de ver a este hombre subido ahí arriba, ufffff, pero vértigo del de verdad, que pasada!!! No se si podria yo hacer las fotos jajajaja no se... ya menos imaginarme en la ubicación de este valiente hombre :)
ResponderEliminarFantastico reportaje Juan Carlos, me dejas con la boca abierta, no sabia nada de esta tradición.
Un abrazo
Gracias.
ResponderEliminarJota, te aseguro yo que ahí no me subo ni aunque me paguen.
Ricardo, no creo que ni me mencionen jejejejeje me da igual de todas maneras. Anda que no había cámaras y equipos de TV...
Merce, hacer las fotos no es problema, porque además no dio motivos para ningún sobresalto.
Un abrazo.
segun iba viendo fotos y leyendote me iba agarrando a la silla por los mareos que me hacias sentir, joé con el tipo, yo lo flipo que se dice ahora. me parece increible la verdad. ¡cosas veredes! que decia don quijote. abrazos
ResponderEliminarGracias Ripley. Tranquilo... las fotos están hechas desde 100 metros más abajo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Valla equilibrio¡¡¡unas tomas genialmente captadas,buen trabajo.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias a ti hemos descubierto muchos una tradición que no sabíamos...desde luego esta España nuestra es única, llena de curiosidades y tu has sabido plasmarlo perfectamente en este reportaje....impresionante!...un abrazo.
ResponderEliminarGracias a los dos. Un abrazo.
ResponderEliminarQue buen reportaje, yo no pude hacerle fotos porque me temblaba hasta la cámara del vértigo que me daba verle. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Henar. Creía que el del vértigo era yo...
ResponderEliminarBesos.
Vaya vértigo, madre mía! Bueno, por fin ha sido desvelado todo el misterio en torno a esta historia. Una tradición muy curiosa, la verdad.
ResponderEliminarBuena serie!!
Un reportaje completo de esta curiosa tradición, no la conocia ahora gracias a ti ya se de ella.
ResponderEliminarTe ha quedado magnifico!!
Este hombre cuando se sube allá arriba me da un miedo... Y eso que este año no le han dejado subir a la veleta, jejej. Yo, qué quieres que te diga, aunque proceda de generaciones, si fuera mariquelo no sé si me atrevería.
ResponderEliminarMe está gustando esta historia narrada a través de fotografías. Imagino que estará impresionando a aquéllos que no la conozcan.
Un beso
Ya son ganas,
ResponderEliminarSaludos.
• con la mirada en cualquier parte...
ResponderEliminarEstupendas fotos de tan peculiar evento. A mi me encantaría subir con él, pero no sé tocar ni la gaita ni el tambor... tal vez con una guitarra.
Del paracaídas ya hablaremos más tarde.
• saludos
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•CR & LMA•
Una maravilla de reportaje Juan Carlos, esta y todas las entradas del Mariquelo. Felicidades. Abrazos
ResponderEliminarGracias Kiko. Lo malo es que ya se acabó... no hay más... Bueno, sí, las desenfocadas, desencuadradas, movidas,... si es que de todo hubo con tanto follón de gente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y se me olvidaba el sr. Ñoco... gracias. Yo ahí ni con paracaídas, que me da que iba a resultar un poco difícil que se abriera en solo 100 m.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, una proeza. Yo según iba bajando las imágenes pensaba que se subiría también arriba del todo... para unos un sufrimiento, seguro , el verle ahí subido sin ayuda y sin arneses...
ResponderEliminarMe gusta la luz de la última, ese dorado tan especial.
Un abrazo
Arriba del todo no le dejaron ya este año... La última la publiqué hace mucho, no es de ese día sino de la pasada primavera y hecha con la cámara de Henar (no me llevé la mía).
ResponderEliminarUn abrazo.