Hace unos días os enseñé una foto de un lugar arrasado por un incendio en 2.003 y que se está recuperando lentamente aunque, es evidente, los pinares que había en la zona tardarán en volver a verse. Este es otro ejemplo aunque los restos de aquella catástrofe perduran y perdurarán todavía.
Hola JC!
ResponderEliminarLa verdad que, dejar de pasar un tiempo y después volver, es un verdadero gusto!
Como siempre, te felicito por las imágenes. Paso un buen momento disfrutándolas!
Un beso
La naturaleza lentamente sigue su curso y ella misma se cura sus cicatrices.
ResponderEliminarPero su la ayudaramos aun seria mas rapido.
Las fotos preciosas.
saludos.
Gracias a las dos. Saludos.
ResponderEliminarEstupendo el reportaje, Juan Carlos.
ResponderEliminarLas dos primeras, alegran el espíritu al comprobar como la Naturaleza triunfa sobre la devastación.
La última deprime al observar el pobre árbol en su condición actual, sabiendo que un día fue bonito y frondoso.
Pero, todo volverá a su ser, ya lo verás.
Un abrazo.
¡¡ que bueno !! ya puedo ver tu blog de nuevo y la verdad que me perdi un monton de fotos, bueno pero parece que todo esta solucionado, las foto stupendas elcontraste de muerte y vida que bueno, un saludo chao
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminarJota Ele... si lo sé cambio el orden y pongo la "deprimente" la primera...
Antonio, me alegra verte de nuevo por aquí.
Saludos.
A pesar del aspecto desolador de la última foto, tiene el encanto del verdor y las flores que brotan en la base del árbol.
ResponderEliminarEs un canto a la vida y la esperanza.
Me gustan las tres, por el colorido de las dos primeras y el significado de las tres, sobre todo de la última.
Un abrazo!
Gracias Mayte. Era impresionante ver las flores de los piornos amarillas intensas mientras estaba el árbol totalmente seco y las flores de las dos primeras fotos saliendo en cualquier rincón. Incluso vimos una encina mitad viva, mitad muerta... de esa no hay foto porque fue al final y ya pesaba hasta la cámara.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bonitas las peonías.
ResponderEliminarHacía mucho que no veía estas flores.
Un saludo.
Menos mal que la naturaleza es sabia y falta de rencor. Se pone tiritas, hace convalecencia, repsoso y ahí está otra vez esplendorosa y en forma, dando a luz a esas pequeñas reinas del color.
ResponderEliminarBesos a los tres
Gracias.
ResponderEliminarHenar, yo no sé si es la primera vez que las veía.
Carmen, la naturaleza, sobre todo, es fuerte y el ser humano es más débil de lo que él se cree.
Un abrazo.
Por desgracia de todos, esos parajes quemados son demasiado frecuentes en muchas regiones de España. Pero tambien tiene su punto bueno cuando ves que vuelve a rebrotar el verde y sale alguna flor en medio del negro que quedó por la llamas.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Joan. Un abrazo.
ResponderEliminarAhora el viento y los años se iran encargando de moldear el nuevo paisaje.
ResponderEliminarDesde luego es realmente penoso ver el efecto de las llamas en nuestros montes, y lo que tarda en regenerarse. Hay muchisimas zonas en proceso de regeneracion, sobre todo por la costa gallega, incluso está prohibido el acceso a ellas. Es una pena que no hiciesen en el interior la misma politica, ahora ya es tarde, por poner un ejemplo, de Ourense a Vigo, solo ves piedras en las montañas...
ResponderEliminarAnda!!! que yo te iba a comentar las flores y con la emocion de lo de los incendios me iba sin decirte nada jajajajaja, aaiiisss que torrrrpe!!!
ResponderEliminarOye, esa flor del medio es para ampliarla y ponerle un marco, joeeee! que cosa mas bonita, y con el detalle de la avispilla. Chapeau!
Saludiños
Bonitas flores, de colores intensos y muy nítidas. Pero si me permites un consejo, en la segunda foto, la de la flor en grande, antes de disparar aparta la ramita que se te cruza por el medio; en fotografía es muy importante cuidar mucho los detalles, y en este caso, hubiera sido facilísimo y la toma hubiera mejorado mucho :)
ResponderEliminarBesos!
Gracias.
ResponderEliminarAndrés, el viento y muy frío.
Merce, lo cierto es que por aquí, excepto los pinares, con los años se regenera todo.
Mariluz, cierto, tienes razón, pero en mi descargo puedo decir que el agotamiento de la subida me dejó con pocas ganas de apartar ni ramitas.
Un abrazo.